15 de marzo de 1998

Cuando los boyeros se reúnen

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Más de cien boyeros de todo el país se reúnen anualmente en Escazú para celebrar su día.


Artículo principal - Edición No. 191 - Marzo de 1998

Marco Antonio Roldán

La típica carreta con su yunta de bueyes fue, en una época, el principal medio utilizado por nuestros campesinos para transportar sus productos.

Hace un siglo, en el Escazú de antaño, de calles de tierra y caminos pedregosos, ver pasar una carreta, con el característico sonido que producen sus ruedas, era una escena corriente. Hoy día, en la era del transporte motorizado, la tecnología moderna la ha ido reemplazando, aunque sin dejarla en el olvido.

Cada año, el segundo domingo de marzo, la carretera principal que conduce a San Antonio se engalana con un vistoso e impresionante desfile de más de un centenar de carretas de Escazú y de diferentes lugares del país que parecen gritarle al mundo que este tradicional vehículo, legado de nuestros antepasados, no debería nunca desaparecer.

Este acontecimiento, denominado Día del Boyero, se realiza desde 1983, y aunque en un principio se trató de algo propiamente local, en la actualidad participan carretas de distintos puntos del territorio nacional, incluso de lugares tan alejados como Upala, ubicado en la frontera norte, de donde se hace necesario trasladar en un furgón la carreta con todo y bueyes.

El gestor de esta iniciativa fue el señor Juan Antonio Solís Vargas, conocido como Pachingo, quien viendo la gran cantidad de carretas que se reunían en San Antonio los días de San Isidro Labrador y del santo del distrito, durante las fiestas patronales, consideró oportuno dedicar un día especial al boyero, como una manera de incentivarlo a mantener vigente esta tradición.

La primera vez que se realizó el evento participaron cerca de 35 carretas y casi todas eran de Escazú. El año pasado se inscribieron 104 vehículos, de los cuales 45 eran de nuestro cantón y el resto de Santa Ana, Poás de Aserrí, Alajuelita, Montes de Oca, San Rafael de Coronado, Higuito de Desamparados, San Jerónimo de Moravia, Heredia, Puriscal, Cartago, Guácimo de Alajuela, Grecia, Tierra Blanca de Cartago, Upala y Guatuso.

De los boyeros escazuceños que se hacen presentes, la mayoría son de San Antonio y unos pocos de Escazú centro, Bello Horizonte y Guachipelín. De ellos, aproximadamente dos terceras partes aún utilizan sus carretas; el resto, las conservan como reliquias.

Este año, el Día del Boyero, que cumple su 15 aniversario, se celebrará el domingo 8 de marzo, a partir de las 9 a.m., y el desfile arrancará del palacio municipal, siguiendo la carretera principal a San Antonio y culminando en la plaza situada frente a la iglesia del lugar. En ese sitio hay colocada una placa que dice: “El boyero llega hasta nuestros días desde la época de la colonia, como clara manifestación de lo que fue una actividad económica, social y cultural de nuestros ancestros, como testimonio de una de nuestras mas importantes tradiciones.”

Entre todos los participantes se rifa una carreta nueva, cuyo costo es de ¢200 000, y se sortean 35 premios menores que consisten en botas de hule, sogas, cuchillos, machetes y sacos de alimento. Además, cada uno de los boyeros recibe como obsequio un sombrero, un pañuelo y una alforja con un almuerzo campesino, que está compuesto de arroz, frijoles, torta de huevo, carne, tortillas y agua dulce.

La organización está a cargo de la Asociación Rescate de Tradiciones del Boyero, y el año anterior representó un gasto de alrededor de ¢1 200 000, suma que es financiada con rifas, excursiones, con la venta de derechos de puestos de comida y la valiosa ayuda de la Municipalidad de Escazú, que es la que dona la carreta que se da como primer premio.

En la víspera del día del suceso, el sábado por la noche, se hace una presentación de artistas en el atrio de la iglesia de San Antonio, en la que participan valores de la música escazuceña como Edgar Jiménez, conocido como Tula, Luis Gutiérrez, el grupo de bailes folklóricos Orgullosamente Ticos, tríos de San Antonio, etc. El ambiente de fiesta se complementa con un juego de pólvora y la aparición de la mascarada.

El propio día del evento se ofrece venta de deliciosas comidas típicas, tanto en puestos callejeros como en dos restaurantes que se montan en el salón parroquial de San Antonio y la escuela Juan XXIII, del mismo lugar. El año pasado hubo 28 puestos de venta de comidas.

La carreta fue introducida en América por los colonizadores españoles y en 1840 hubo una verdadera revolución en su uso debido al auge de la producción del café, que empezó a cultivarse en Costa Rica dos décadas atrás. No fue sino hasta principios de este siglo que empezaron a pintarse, y se dice que Escazú fue uno de los primeros lugares en adoptar esta práctica, que sin duda, es lo que las hace lucir tan bellas y pintorescas, labor que es realizada por verdaderos artistas y que hace de la carreta costarricense, única en su género.

San Antonio de Escazú, declarado hace unos años distrito folklórico de Costa Rica, es un lugar donde todavía se pueden encontrar boyeros activos que continúan utilizando este típico vehículo. Tal es el caso de Tobías Corrales, quien a sus 62 años de edad aún transporta el café que produce en su finca en carreta. También otros como Carlos Monge, Víctor Corrales, Victorino Alvarado y los hermanos Rudy y Diego Sandí, han querido preservar esta tradición, quizás por que en sus venas aún corre sangre de auténticos campesinos costarricenses, y porque han querido vivir el presente sin dejar morir lo más valioso de nuestro pasado.

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