15 de diciembre de 1999

Escazú

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La tranquera, 1940. Con este nombre era conocida la puerta de entrada a una propiedad o potrero. En Escazú fue muy común ver este tipo de puerta formada por cuatro palos colocados horizontalmente. Actualmente esta forma de puerta o “portillo” prácticamente ha desaparecido.


Artículo principal - Edición No. 212 - Diciembre de 1999

Autor: Aníbal Reni

De viejo abolengo indio. Las gentes de Pacaca y Tabarcia, sesteaban en él su cansancio de caminos y de trillos largos sobre las colinas. Recostado en la serranía como en un regazo, era el regalo que otrora y en bajándose la cuesta del Caite, se le brindaba a Tabarcia y a Ococa, a Jorco y a Guaitil. ¡Tiempos lejanos del indio!

Fue así como se supo el altiplano del comercio del norte y del sur; de Quepos con su precioso añil de caracol; de las orillas del Golfo de Nicoya con sus zapotes y sus vasijas policromadas... En fin, de todo el comercio que llegaba al Valle Central fresco de brisas y abundante de aguas.

Más un día vino el español con sus barbas y arcabuces, con sus rejas y con sus campanarios y le dejó su estampa para siempre. Sus callejuelas cuesta arriba en ascensión de empedrados, de helechos y de líquenes, lucen blancas de itabos y de floripondios en verdadero festón de corola y de aroma; su aire es de claridad tan grande como el de Arequipa y su brisa, única en los aledaños de sus cerros. Corre como un embrujamiento por sus hondonadas y por sus pastizales; diríase que la herencia síquica dejada por sus antiguos moradores, todavía ronda y es claroscuro lunar y puñalito de poró y aletazo agorero en la torre de su templo.

Escazú es el suave y lánguido sesteo que saboreó el cansado indio de ojos rasgados y piel de caimito; el aromado recodo que adentra el hechizo de su sol y de su brisa tal un extraño maleficio. Escazú es camafeo de la patria en donde el perfil único, conserva la tizona y el carcaj; el yelmo orgulloso y el bravo morrión de plumas de cuitzil. Escazú, estampa adentrada en nuestro corazón en delineamientos eternos de amor y de leyenda.

2 comentarios:

Denisse dijo...

Es un escrito muy lleno de descripción que lo traslada a uno al sitio y se sienten los aromas y se aprecia el verdor de su follje, es delicado y lleno de añoranza, me gusta.

Anónimo dijo...

Maravilloso escritor y poeta fué Tío Eulogio (Aníbal Reni) siempre con ese toque tan descriptivo y detallado que caracterizan todos sus escritos. Muy bello.

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